“Los tratamientos personalizados significan un ahorro económico para la Sanidad”, según Manel Esteller

Redacción:

Manel Esteller es un prestigioso investigador biomédico especializado en las alteraciones químicas que ocurren en el material genético, particularmente en tumores humanos. Actualmente es el director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL) y jefe del Grupo de Epigenética del Cáncer, entre otras responsabilidades. Sus investigaciones han sido claves en el descubrimiento de nuevos mecanismos de inactivación de genes supresores de tumores, en el desarrollo de fármacos epigenéticos y, en general, en la comprensión de cómo el epigenoma contribuye a las funciones celulares y se desregula en las enfermedades. Por su parte, Guillem López Casasnovas está considerado como uno de los máximos expertos en el ámbito de la Economía de la Salud. Catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra y consejero del Banco de España, ha presidido la Asociación Mundial de Economistas de la Salud. Asimismo, es fundador y director del Centre de Recerca en Economia i Salut de la UPF. Muchas veces crítico con la falta de acciones de reforma sanitaria por los diferentes gobiernos en los últimos años, hoy dialoga con Manel Esteller sobre el presente y el futuro de la investigación oncológica.

Guillem López Casasnovas. ¿Cómo ves el futuro de la medicina de aquí a 20 años?

Manel Esteller. Creo que existirá una medicina más preventiva. Es decir, conoceremos factores endógenos (genéticos por ejemplo) y exógenos (ambientales por ejemplo) que marcarán un riesgo para cada enfermedad y podremos actuar antes de su debut clínico. También espero que exista un mayor interés en mejorar la calidad de vida de los pacientes y no simplemente en conseguir récords de supervivencia.

G.L.C. Cuando oigo tu entusiasmo y conocimiento magistral sobre el futuro de la medicina se me hace difícil no sacar de mi mochila la ciencia lúgubre, la economía y dudar de cómo va a ser todo ello sostenible  ¿Alguna idea al respecto?

M.E. Algunos dividen la ciencia en básica (mecanismos íntimos de los procesos) o traslacional (más aplicada). Yo creo más en ciencia buena o mala y ambas pueden ser básicas o traslacionales. Y de ambas puede salir una rentabilidad que no es quizás el fin primero pero no es descartable. Nunca sabes del todo si un descubrimiento va  a ser rentable más allá del conocimiento, pero el investigador cada vez  lo tiene más presente.

G.L.C. En un contexto en el que el conocimiento es cada vez más global pero en el que las restricciones (presupuestarias, de gestión) son tan locales, ¿cómo crees que se puede combatir la frustración que ello puede generar entre lo dicho y lo hecho, entre lo potencial y lo realizable?

M.E. Debemos poner ejemplos de éxitos, la gestión de la miseria solo genera más miseria. Destacar aquellas ideas que desde un emprendedor han generado una empresa sólida con representación internacional que compite con las mejores en su campo. También debemos mostrar cómo la investigación ha salvado muchas vidas: no son números, son personas con nombre y apellidos y tenemos que poner una cara a los científicos que contribuyen a los nuevos tratamientos y a los pacientes que se benefician. Todos necesitamos modelos que nos estimulen para poder imitar las buenas cosas.

G.L.C. A tu entender, ¿cuál es el descubrimiento más importante en el último año en investigación oncológica?

M.E. Seguramente la introducción de las nuevas inmunoterapias. Está dando esperanzas a subtipos de tumor donde existían pocas posibilidades de tratamiento.

G.L.C. ¿Las células cancerígenas son prácticamente inmortales? ¿Sólo mueren por inanición?

M.E. Tenemos células procedentes de pacientes que murieron hace décadas creciendo en los laboratorios. Mientras estén alimentadas, tengan oxígeno y estén a 37ºC serán inmortales. Pero no solo es que no mueran, si no que se mantienen siempre jóvenes. Por eso muchos tratamientos anti-cáncer buscan justamente provocar un envejecimiento súbito de esas células transformadas, para que mueran de una vez.

G.L.C. No me ha gustado en alguna de tus presentaciones que valores los beneficios de algunos tratamientos en términos de end-points de supervivencia y no de niveles.  El beneficio tiene significado diferente si hablamos de tres semanas que de tres años.  ¿No crees, además, que sin consideraciones de calidad de vida (tipo QALYs -años de vida ganados ajustados por calidad) las interpretaciones que todo ello puede provocar quizás acaben siendo engañosas?

M.E. Estoy totalmente de acuerdo. El tiempo total de vida ganado o la supervivencia es un factor primero para medir la eficacia de nuevos diagnósticos o tratamientos, pero inmediatamente debemos determinar si este avance está asociado a una mejor calidad de vida del paciente.

G.L.C. Manel, ¿no temes que con tratamientos personalizados a la carta, no siempre financiables por el sector público al completo, se amplíe la brecha de desigualdades sociales en salud?

M.E. Creo verdaderamente que los tratamientos personalizados significan un ahorro económico para la Sanidad. Una prueba incial de 300 euros puede significar un ahorro de 30.000 euros en un medicamento que tendrá poca eficacia. Y viceversa, si la prueba dice que ese tratamiento será efectivo, no debería haber ningún motivo económico que evitara dar ese fármaco a ese paciente. Es decir, un poco de inversión incial acabaría dando un gran beneficio económico y de salud, y por tanto, disminuiría la brecha social.

G.L.C. Tal y como has demostrado en un estudio internacional que has dirigido, un 10% de los cánceres colorrectales y de estómago no responden a la quimioterapia porque no les funciona un fragmento de material genético. Ello sirve para evitarles los efectos secundarios de una quimioterapia que les será ineficaz y se les propone unas alternativas. ¿Cuáles son éstas? ¿Son igual de eficaces que la quimioterapia?

M.E. Nuestro hallazgo representa un avance más para que, partiendo del estudio biológico del tumor de cada paciente, se pueda diseñar una terapia específica de máximo rendimiento y mínima toxicidad. En este caso, si los tumores presentan una alteración del gen identificado, son resistentes a fármacos clásicos de quimioterapia con estructuras químicas distintas, pero probablemente aún respondan a immunoterapia o a fármacos de última generación contra oncogenes a los que ese tumor es adicto. En ello estamos.

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