Los peligros para nuestra salud de trabajar durante la noche

Hacer dormir al cerebro de día y mantenerlo despierto durante la noche es ir contra nuestra biología

El estrés, los horarios alterados y la luz constante trastornan el ciclo natural del sueño y la vigilia

Redacción

Cuando cae la noche y la luz desaparece todo parece reposar. A lo largo de la historia, los humanos hemos ido adaptando las actividades a este ciclo natural. Al anochecer, ante la ausencia de luz, se incrementan los niveles de melatonina en nuestro organismo. Esta hormona es la responsable de informar al núcleo supraquiasmático del hipotálamo de que tiene que dormir. Del mismo modo, la presencia de luz al amanecer suprime la secreción de melatonina y se alcanza un estado de vigilia correcto. Es nuestro reloj biológico, situado en el centro del cerebro y responsable de que durmamos de noche y estemos despiertos de día.

¿Qué ocurre cuando este horario natural se altera?

Como todos los relojes, el biológico también necesita que le den cuerda, es decir, requiere informaciones que le ayuden a funcionar correctamente. “Estas pueden ser externas, como el estrés, los horarios de acostarnos y levantarnos o de las comidas y sobre todo la luz que llega a nuestro cerebro, o internas, como la temperatura corporal o la cantidad de melatonina que producimos”, explica Eduard Estivill, director de la Clínica del Sueño Estivill de Dexeus y coordinador de la unidad de sueño del CAPIO Hospital General. Cuando estas informaciones o estímulos son constantes y correctos, el reloj funciona adecuadamente y se produce un sueño reparador y una vigilia con un estado de alerta adecuado. Pero cuando estas informaciones se alteran, el reloj se desajusta. Un claro ejemplo es el de los trabajadores con turnos de noche. “Hacer dormir al cerebro de día y mantenerlo despierto durante la noche es ir contra nuestra biología”, añade Estivill.

Cualquier persona debería dormir un mínimo de ocho horas diarias, aunque se debe tener en cuenta la genética de cada individuo. Un sueño corto y de mala calidad altera muchas funciones del organismo, entre ellas el sistema metabólico. Esto produce disfunciones en el mecanismo del control del peso. De hecho, diversos estudios relacionan la mayor obesidad con la falta de sueño. La contaminación lumínica actual está entre los factores que alteran el reloj biológico porque, tal y como apunta este especialista, “el cerebro recibe luz cuando no debe y entra en un estado de confusión”. Además, factores como la edad también influyen en la calidad del sueño. El reloj biológico tiende a retrasarse durante la adolescencia, por ello a los jóvenes les cuesta acostarse pronto, y adelantarse a partir de los 65 años, lo que explica que las personas de edad avanzada tengan sueño antes de lo habitual. Existen más de 40 causas que provocan una mala calidad del sueño. Por ello es esencial un buen diagnóstico. La cronoterapia es la técnica que utilizan los especialistas para hacer que el reloj biológico vuelva a funcionar correctamente mediante el uso de la luz, la melatonina y el establecimiento de horarios para regular las comidas y el sueño.

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