Incurvación congénita del pene, la enfermedad silenciada por los jóvenes

testiculos2Muchos pacientes no acuden a la consulta al pensar erróneamente que su problema no tiene solución

Se trata de una afección que produce que cuando el miembro se encuentra erecto, este se doble hacia abajo, dificultando, en algunas ocasiones, poder mantener relaciones sexuales con normalidad

Redacción

Hasta un 10% de los varones españoles padece incurvación congénita del pene. Unas cifras oficiales que, para muchos especialistas, puede que no acaben de representar correctamente la realidad. El motivo principalmente se debe a que muchos hombres viven esta anomalía en silencio y bajo el falso concepto de que no tiene solución. Pero sí la tiene.

La incurvación congénita del pene es una afección que produce que cuando el miembro se encuentra erecto, este se doble hacia abajo, dificultando, en algunas ocasiones, poder mantener relaciones sexuales con normalidad. Es la segunda causa más común de curvatura del pene después de La Peyronie. Si bien ambas enfermedades dificultan, entre otras cuestiones, mantener relaciones sexuales con normalidad, debe aclararse que se trata de dolencias diferentes. A diferencia de la incurvación congénita del pene (que suele aparecer durante la juventud), La Peyronie suele manifestarse a una edad más tardía (hacia los 45 años). Asimismo, la curvatura en erección es diferente. Mientras que en la congénita suele ser hacia abajo, en La Peyronie acostumbra a ser bien hacia arriba o bien hacia un lateral.

La incurvación congénita del pene se debe, en la mayoría de los casos, a una desproporción de los cuerpos cavernosos (que producen la erección) en relación con la uretra (conducto por donde sale la orina). Los jóvenes que la padecen no suelen padecer ninguna otra anomalía cuando el pene se encuentra en estado flácido y, normalmente, estos suelen tener el pene más grande de lo normal frente a la media de la población. Se trata de un problema tan molesto como silenciado que, en muchas ocasiones puede provocar, además, una gran ansiedad. Se sabe que de los que se deciden a acudir a la consulta, la mayoría lo hace hacia los 30 años de edad. Muchos médicos, incluso muchos urólogos no saben cómo tratarla y es importante que se consulte con un uro-andrólogo.

Tanto el diagnóstico como el tratamiento es sencillo y la cirugía es la única solución. El paciente solo necesita estar ingresado un día y la recuperación postquirúrgica suele ser buena, pues el proceso cicatricial acostumbra a ser bastante tolerado.

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