El sol también puede dañar a tus ojos

El ojo está preparado para recibir la luz, incluso la del sol, pero en exceso puede causar diversas patologías que, aunque no suelen ser graves, a menudo resultan molestas o antiestéticas, y no siempre son fáciles de corregir

Un año más, con la llegada de la primavera, las gafas de sol vuelven a ponerse de moda. Diferentes colores, de pasta, sin montura, de cristal oscuro o claro… Cada uno puede elegir el modelo que más le guste. Pero siempre deberían coincidir en una característica: la calidad. El ojo está preparado para recibir la luz, incluso la del sol, pero en exceso puede causar diversas patologías que, aunque no suelen ser graves, a menudo resultan molestas o antiestéticas, y no siempre son fáciles de corregir.

Nunca se debe mirar un eclipse solar directamente, ni con gafas de sol

La córnea y el cristalino impiden el paso de los rayos UV, no obstante, si la luz visible es muy intensa puede dañar la retina. Por este motivo nunca se debe mirar un eclipse solar directamente, ni con gafas de sol, ya que ello puede causar lesiones irreversibles en la mácula, la zona central de la retina. Aunque mirar al sol más de un instante se hace casi imposible, algo tan común como ver una puesta de sol puede conllevar sus riesgos. Por esta razón, “las personas que trabajan en la calle son las que están más expuestas a sufrir diversas lesiones oculares”, explica Juan Álvarez de Toledo, cirujano ocular del Centro de Oftalmología Barraquer. Las lesiones asociadas a los rayos solares suelen ser de tipo crónico degenerativo como la pingüécula y el pterigión. La primera se manifiesta como una bolita de grasa amarillenta junto a la córnea que raramente da molestias más allá de la estética. Ésta puede evolucionar a un pterigión, es decir, a un crecimiento carnoso de la conjuntiva que tiende a invadir la córnea. El pterigión es una afección benigna pero molesta, especialmente por su tendencia de recidiva tras su extirpación. Las técnicas quirúrgicas actuales permiten minimizar este problema mediante el autotrasplante de conjuntiva y limbo. De la misma forma, las cataratas y la degeneración macular en la retina están relacionadas con un exceso de sol prolongado. “Los síntomas pueden ser distintos en cada persona, pero normalmente hablamos de irritaciones cuando es una lesión superficial y pueden llegar a sufrir pérdida de visión si estamos ante patologías como las cataratas o la degeneración macular”, explica Álvarez de Toledo.

Sin embargo, el papel de los rayos solares en estas patologías intraoculares es objeto de investigación y debate sin que por ahora se haya establecido científicamente una relación causal. Unas gafas de sol de calidad pueden reducir el riesgo de sufrir patologías oculares derivadas de la exposición a los rayos solares. Por ello es importante cerciorarse de la homologación para escoger las lentes más apropiadas, sin olvidar que “las personas que llevan lentillas deben tener más precaución durante la exposición solar”, asegura.

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