El párkinson, la enfermedad de las mil caras

Además del temblor, esta dolencia provoca muchas complicaciones producidas por el deterioro cognitivo

Un 40% de los pacientes podrá desarrollar demencia durante los primeros diez años

Sofía Larrucea

Aunque a la hora de hablar de párkinson suele pensarse en síntomas como los temblores o la rigidez, la verdad es que se trata de una enfermedad que puede dañar muchas más áreas. Como ocurre con muchas patologías, vivir con párkinson no es tarea fácil. Además de los síntomas motores, los afectados por esta enfermedad pueden sufrir múltiples complicaciones no motoras, como trastornos cognitivos, del estado de ánimo, gastrointestinales, autonómicos o del sueño, entre otros muchos. El deterioro cognitivo, por ejemplo, es muy frecuente. Concretamente, tal y como afirma Javier Pagonabarraga, neurólogo del Hospital de Sant Pau de Barcelona, cuando la dolencia lleva diez años de evolución, aproximadamente el 40% de los pacientes desarrolla demencia. Un porcentaje que se incrementa aún más (80%) pasados los 20 años.

Los síntomas no motores pueden llegar a ser tan incapacitantes como los signos motores

Los síntomas no motores pueden llegar a ser tan incapacitantes como los signos motores. Afectan a la calidad de vida del paciente y de sus cuidadores, incluso cuando el control motor es bueno. Los síntomas no motores pueden aparecer en cualquier momento de la enfermedad, incluso preceder hasta en diez años a la sintomatología motora, pero habitualmente se exacerban a medida que avanza la afección. Entre los síntomas no motores destacan los trastornos cognitivos, como puede ser la demencia. Ello se debe a que, como explica el especialista Pagonabarraga, la enfermedad provoca una disminución de la dopamina, lo que produce un enlentecimiento general del procesamiento de la información, así como una pérdida neuronal progresiva en múltiples regiones cerebrales. Las alteraciones ocurren en áreas subcorticales afectando sobre todo a la atención, las funciones ejecutivas, la memoria verbal y visual y las funciones visoespaciales. Asimismo, esta disminución de la dopamina junto a la serotonina hace que este colectivo también sea vulnerable a padecer trastornos como depresión o ansiedad. Sin olvidar que, en un momento u otro, la mitad de los pacientes también puede desarrollar alucinaciones visuales. “Esta dolencia afecta mucho a las regiones del cerebro que se encargan de la percepción visual, por lo que esta disfunción combinada con la afectación del sistema límbico y el uso de fármacos dopaminérgicos, hace que los pacientes puedan sufrir alucinaciones”, explica este neurólogo, también coordinador del Grupo de Trastornos de Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.

La Asociación Parkinson Madrid ha puesto en marcha el primer programa de rehabilitación cognitiva centrada específicamente en el párkinson

En este contexto y siendo conscientes del gran daño cerebral que puede producir esta enfermedad, no es de extrañar que la Asociación Parkinson Madrid haya puesto en marcha el primer programa de rehabilitación cognitiva centrada específicamente en esta patología. Y es que debe recordarse que no es lo mismo la demencia asociada al párkinson que a otra causa. “A diferencia de otras demencias, como por ejemplo el Alzheimer, los afectados de párkinson mantienen la memoria de reconocimiento bastante bien, es decir, saben quiénes son ellos, nosotros y los objetos, por ejemplo”, señala Susana Donate, neuropsicóloga de la mencionada asociación. “Además -añade- también es característico que tengan conciencia de su evolución y de muchas de sus dificultades y mantengan cierta  capacidad de aprendizaje y puedan beneficiarse de la ayuda de agendas o calendarios”. El programa es pionero debido a que une tres disciplinas como la neuropsicología, la terapia ocupacional y la musicoterapia. “Este programa es muy importante porque, a pesar de ser una enfermedad neurodegenerativa y crónica, la estimulación cognitiva les ayuda a mantenerse cognitivamente mejor y, por tanto,  independientes durante más tiempo”, concluye la especialista Susana Donate.

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