“Cambiando algunos hábitos de vida la incidencia de cáncer podría disminuir un 30%”

En una anterior entrevista en este mismo medio, el tenor Josep Carreras se refería a Ciril Rozman como “la per­sona que me ha salvado la vida”. Hoy, invitados por Salud y Medicina coinci­den dos generaciones de grandes especialistas. Por una parte, el gran hematólogo mundial Ciril Rozman que entrevista a Aleix Prat, oncó­logo médico del Hospital Clínic Barcelona y que, pese a su juventud, ya se encuentra entre la élite de esta especialidad médica.

La edad es un factor de riesgo onco­lógico contra el que no se puede luchar, ¿y el resto?

En realidad existen factores intrín­secos y factores externos que parti­cipan en la aparición del cáncer. Por un lado, existen ciertas alteraciones genéticas (factores intrínsecos) que predisponen a la aparición de un tipo concreto de cáncer. Su conocimiento e identificación, nos permite tomar medidas preventivas efectivas como la cirugía profiláctica. Gracias a un mayor conocimiento de la genética, la lista de genes cuya mutación se relaciona con la aparición de cáncer cada día va aumentando.

Por otro lado, los factores externos como el tabaco, el alcohol o la dieta rica en grasas, aumentan de forma inequívoca la incidencia de cáncer. Cambiando algunos hábitos de vida la incidencia de cáncer podría dis­minuir en un 30%. El ahorro que supondría evitar ese porcentaje de cánceres a los pacientes y a la sanidad es incalculable.

El diagnóstico precoz mediante el cribado poblacional ha demostra­do ser clave para mejorar las tasas de curación. ¿En qué tumores está indicado?

Principalmente en el cáncer de mama, mediante la autoexploración y la mamografía, el cáncer colorrectal, mediante el test de sangre oculta en heces y la colonoscopia, y el cáncer de próstata, mediante la exploración y el PSA en sangre.

Otro cáncer donde empieza a haber evidencia sólida es el cáncer de pul­món, mediante la realización de estu­dios radiográficos de los pulmones en personas fumadoras de alto riesgo.

Aunque el impacto del cribado pobla­cional está claro, pienso que el futuro pasa por individualizar a quién, y cómo, hacemos este cribado.

¿Qué es el estudio genómico del cáncer?

Se trata de analizar el ADN, es decir, los genes de las células del tumor. El ADN tumoral lleva toda la infor­mación necesaria para que la célula tumoral crezca sin parar.

Ante un diagnóstico de cáncer, ¿cuál es el impacto actual de los análisis genómicos?

Enorme. Gracias a los grandes pro­yectos internacionales de caracteri­zación molecular de los principales cánceres, hoy en día conocemos casi todas sus alteraciones genómicas. Al mismo tiempo, empezamos a cono­cer su impacto clínico. La implemen­tación de la genómica en la prácti­ca clínica en cánceres, como el de mama, el de pulmón, el ovario o el melanoma, nos está permitiendo tomar decisiones terapéuticas más acertadas; es lo que se conoce como “medicina personalizada o de pre­cisión”.

¿El estudio genómico del tumor requerirá siempre una biopsia?

No siempre, gracias a la biopsia líqui­da; es decir, el análisis de los genes del tumor en un análisis de sangre. En cáncer de pulmón esta técnica es ya una realidad asistencial y lo será bien pronto en otros tumores como el melanoma, el cáncer colorrectal y el cáncer de mama.

Además, la biopsia líquida podrá per­mitirnos, en un futuro, monitorizar en tiempo real si un tratamiento fun­ciona, y detectar el cáncer, meses o incluso años antes de que aparezca.

¿Qué papel tiene el sistema inmu­nológico?

Clave. La aparición de cualquier tumor es consecuencia, en gran medida, de un fracaso de nuestro sistema de defensa. La inmunote­rapia intenta hacer justo lo contra­rio, activar nuestro propio sistema inmunológico para atacar y controlar el tumor. Estos fármacos ya están demostrando beneficios espectacula­res en melanoma, cáncer de pulmón, cáncer renal y de vejiga, entre otros. Esto solo es el principio. La inmuno­terapia ha llegado para quedarse y complementar el resto de tratamien­tos oncológicos disponibles como la radioterapia, la quimioterapia y los fármacos biológicos.

El paciente con cáncer avanzado difícilmente se cura. ¿En qué punto se debe parar el tratamiento acti­vo?

Es un tema muy delicado. Por un lado, cada vez disponemos de más tratamientos beneficiosos para el paciente, así como también de nue­vas oportunidades terapéuticas ofre­cidas por los ensayos clínicos. Por otro lado, existe un punto, difícil de definir, donde los tratamientos pue­den ser más contraproducentes que beneficiosos.

La decisión de parar cualquier tra­tamiento anti-tumoral y asumir que no podemos hacer más requie­re de mucha comunicación entre el paciente y el oncólogo. Ahora bien, dejar de tratar activamente y focali­zarse en paliar los síntomas no quiere decir que dejemos al paciente y a su familia de lado. En todo momento es necesario dar un soporte continuo e integral al paciente según sus nece­sidades y desde el momento del diag­nóstico. Enfermería especializada en paciente oncológico también tiene un papel clave en esta área.

¿Qué papel tiene actualmente el oncólogo médico?

Vital. Creo que tenemos un papcen­tral desde el momento en que el paciente es diagnosticado hasta que es curado o acompañado hasta el final de su vida. A parte de indi­car los tratamientos sistémicos más adecuados, controlamos sus toxici­dades, así como las complicaciones derivadas del cáncer. Todo ello con empatía, comprensión, optimismo y serenidad. Creo que tenemos el pri­vilegio de tener una visión integral del paciente y su enfermedad que se complementa perfectamente con el resto de especialidades dedicadas al tratamiento del cáncer.

La oncología está evolucionando a una velocidad vertiginosa. ¿Y el oncólogo médico?

La oncología está incorporando cada día nuevos conocimientos biológi­cos, nuevas tecnologías y nuevos tratamientos. En este contexto, el oncólogo debe actualizarse constan­temente. Para el oncólogo, es una especialidad muy estimulante.

También cabe mencionar que el oncólogo está evolucionando hacia un perfil llamado traslacional donde se le pide que ofrezca una elevada calidad asistencial al paciente y ade­más tenga una actividad investigado­ra intensa. El oncólogo traslacional es el médico que necesita actualmen­te nuestro sistema sanitario.

Finalmente, ¿cuál es el gran reto de la oncología?

Conseguir la curación o la cronifi­cación del cáncer avanzado. Aunque estamos dando pasos importantes en esta dirección, no es fácil. El prin­cipal problema es que las células tumorales tienen la capacidad de evolucionar y adaptarse a los tra­tamientos haciéndose resistentes a ellos. Es decir, buscan continuamen­te cómo sobrevivir, y lo consiguen. El reto es enorme y no nos rendimos. Ahora tenemos más instrumentos que nunca para conseguirlo, pero no me atrevo a hacer una previsión de cuando sucederá, pero estoy conven­cido que sucederá pronto en algunos tipos de cáncer.

Perfil Aleix Prat:

Aleix Prat es jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic de Barcelona y del equi­po Genómica traslacional y tera­pias dirigidas en tumores sólidos del IDIBAPS. Ha sido nombrado miembro de la Junta Directiva del Breast International Group (BIG), una organización interna­cional sin ánimo de lucro que, con el fin de impulsar la investigación clínica y traslacional en cáncer de mama, engloba más de 56 grupos cooperativos de todo el mundo, más de 10.000 expertos y más de 3.000 hospitales.

También te podría gustar...